21 marzo, 2008

La Otra Orilla

El Nudo

Por las mañanas, luego de bañarme
pienso que ese día puedo morir
Busco mi mejor ropa interior –limpia-
Tal vez por ello mi estómago y mi uretra se resienten tanto
mis innumerables vueltas al baño antes de salir
por fin, la proximidad de algo definitorio, lo decisivo
mi nudo, mi polvorín, me hace sucumbir
Si salgo antes que ella, tiendo mi cama, salgo
salgo ahogado en perfume, oliendo a cremas y desodorante
con la imagen mía de los cuatro ángulos
Por cuatro veces estás bien: mente, alma cuerpo y espíritu
Hago unas maromas pugilísticas
Omito santiguarme –mi madre está viva- beso a mis hijos
Si ella está, ni la toco
no sea que despierte al dragón y me calcine antes de irme
por secarme la última gota de veneno
las pocas fuerzas que permitan mantenerme en pie
para despedirme hacia un rumbo
del que quizás nunca regrese.

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